domingo, 30 de noviembre de 2014

La plaza, el misterio, la belleza


Llorando, pues mi llanto es mi homenaje;
mi llanto es un blasón y es un regreso.
Este llanto mendigo es un mal beso
que te envío al partir el largo viaje.


Llorando, pues combato así el ultraje
del olvido, con tu recuerdo impreso
a fuego en cada lágrima, ileso,
sellándome en la cara mi equipaje.


Con este llanto voy, con él te vienes;
con él venero la memoria viva
de lo que fue verdad y fue certeza:


el temblor de tu voz en dos andenes;
mi corazón en cueros, noche arriba;
la plaza, el misterio, la belleza.

B., diciembre '08



2 comentarios:

Amorbrujo82.blogspot.com dijo...

"El temblor de tu voz en dos andenes" me gusta mucho la imagen, todo el poema. Bonito. Muy bonito

Miguel A. Ortega Lucas dijo...

Muchas gracias por la compañía :)