Marzo no supo nunca a qué jugar
allí solo, en la plaza tan vacía.
No vino nadie: acaba de llegar.
Y no llegará nadie todavía
¿Pero quién, quién habría de llegar?
Llegó solo: llegó cuando debía.
Pero sabe que no hay con quién jugar.
(No puede llorar: él ya lo sabía)
Regresó, sin embargo; a pesar
de conocer tan bien la profecía
de la plaza del Tiempo y su girar
Descuido del invierno, lumbre fría
de abril: quién sabe quién puede llegar
Piensa: quién sabe si hoy será Tu día
[de Sonetos del Sol; '19]