lunes, 1 de octubre de 2018

...-II-




en las calles del otoño primero,
el frío primero y su presagio de miedo en la ventana,
hacia las calles desvanecidas que cierran los postigos,
desertando el verano como un ladrón por las esquinas
que hubiera robado a los niños,
en el anochecer como un lamento quieto
de fulgor de cripta cerniéndose al balcón,
                 de algo que ya no será posible


(mientras reza por nosotros la vela compasiva
que aún protege todo)


No hay comentarios: