domingo, 16 de julio de 2017

Nacho Vegas, las Hostilidades, Etcétera



Alguien contempla, atónito, desde la ventana de su estudio, cómo una mujer se revuelve y da una paliza a un hombre, en la acera de enfrente, bajo la lluvia: cuando baja a la calle comprueba que la pareja sólo avanzaba de la mano, feliz, camino de la playa. Una señora declara ante el juez: “Fue el calor y la humedad” –esta vida iba a ser otra y algo salió mal–; una vez muerto y enterrado su marido en el jardín. Ezequiel regresa a su lugar de origen para descubrir que su familia y su pueblo entero le repudian; está maldito: dicen que hizo algo, nadie podrá perdonárselo nunca, pero él no consigue recordar qué es, qué fue aquello atroz que cometió. Alguien ajusta cuentas con su pasado familiar llamando a su padre Hombre, a su madre Mujer; a los vacíos desconocidos de la historia, Etcétera; a darse cuenta de las cosas demasiado tarde, Iluminaciones. Como

cuando alguien que de verdad me importa
me está gritando desde el baño
que la deje en paz,
que qué es lo que quiero yo de ella,
que haga el favor de no hacerle más daño,
y yo no dejo de preguntarme
cómo he podido llegar a esto.

(Adivine el lector, de entre toda esa siniestra comedia humana, qué estampa pertenece a un poema, cuál a un relato, cuál a una canción, cuál a un remordimiento.) ...

[La entrevista completa, en CTXT.es]

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