domingo, 7 de agosto de 2016

'Revolutionary Road': nunca nos quedará París




¿Han ido ustedes solos al cine alguna vez? Seguramente no; seguro que muy pocos, o ninguno. Porque tiene su aquél: late ahí una suerte de pudor infantil, ¿verdad?, como de estar cometiendo una travesura vergonzante, impropia ya de adultos –qué risa–. Como un adulto montado solo, sin niños, en un carrusel; como acudir solo a una fiesta en la que no conoces a nadie, o sin pareja a uno de esos terroríficos bailes de instituto gringo (el Baile del encantamiento bajo el mar de Regreso al futuro, sin ir más lejos, y por seguir con los clásicos), de los que los pobres pagafantas con granos enamorados de la rubia enamorada del capitán garrulo del equipo de nosequé son biológicamente excluidos, por voluntad o fuerza. [Existe un pasaje conmovedor de Bukowski recordando aquella vez que se atrevió a ir a uno de esos bailes de los quince o dieciséis años: pegó su nariz horrible contra el cristal de la puerta del gimnasio, adivinó el planeta aquel de vestidos, perfumes y lucecitas de colores al que no pertenecería jamás; se dio la vuelta, y echó a andar otra vez bajo la lluvia.]

Como soy ya adulto –qué risa–, como ya no tengo dieciséis años, sino el doble exacto, y como la noche ha caído ya sobre la costa y la terraza de este cine, echándonos un capote negro a los solitarios furtivos, no tengo, como Bukowski, razón o excusa para darme la vuelta en el umbral. Tomo asiento, entonces, simulando calma, mirando al norte y tarareando a Nacho Vegas (Y unos me llaman chaval / y otros me dicen caballero…), después de pagar una fanta a la joven altiva (¿recuerdan?) de la tienda bajo el proyector (con una calculada caída de ojos por mi parte, al devolverme el cambio, que hasta le ha hecho –lo juro– mirarme una décima de segundo a la cara). No es que tenga agorafobia súbita, esta segunda vez; es que, a diferencia de con La gran belleza, el patio está hoy sospechosamente nutrido de parejas. Parejas más o menos jóvenes, más o menos maduras. Parejas de mi edad, quizá con niños que se han quedado un par de horas con los abuelos...


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