domingo, 24 de marzo de 2019

(sucedió)




De la vida que no viví contigo,
recuerdo tu llegada: esperarte
en la plaza del secreto, vislumbrarte;
verte llegar temblando hasta mi abrigo. 

Recuerdo el cimbrear de tu cintura,
tu escándalo, tu cántaro de trigo;
cómo dabas tu pan a este mendigo
con sólo contemplar tu levadura. 

Recuerdo tu callar ahí en la piedra,
quemándose tu llanto en la ternura,
la tarde en la que el dios nos separó. 

El crepitar de luto de tu hiedra
al decir: "Pudo no pasarnos nunca. 

Al menos todo esto sucedió".


[VIII/III] 

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