domingo, 29 de enero de 2017

Larra: escribir, llorar, tal vez morir



Se escribe en legítima defensa. Pero si escribir en Madrid es llorar, qué clase de defensa queda a quienes sólo saben escribir para defenderse.

Por eso, tantas veces, escribir en Madrid es llorar a latigazos.

Soy periodista, paso la mayor parte del tiempo, como todo escritor público, en escribir lo que no pienso y en hacer creer a los demás lo que no creo. ¡Como sólo se puede escribir alabando! Esto es, que mi vida está reducida a querer decir lo que otros no quieren oír. 

Pero lo dijo; todo lo dijo. Y ese párrafo no es más que otra de las fintas de arlequín de Mariano José de Larra, embozado de nuevo en la ironía desesperada para poder hundir mejor, cuando ya parecía haber huido, la estocada, el escupitajo, el bastón impoluto...