domingo, 20 de abril de 2014

La envidia de los dioses


Así como el pueblo encumbra al mito
para odiarlo después, vilipendiarlo,
apedrearlo a ciegas por las calles
y cobrarse su ofrenda sangrienta,
y así como se rumia el universo
alumbrándose y dándose por muerto,
y devora Saturno a sus hijos
y se adora en la plaza a un dios de luto
hasta quebrarlo,
          así hiciste conmigo,
así te hice, dulcísima caída, 
vestal sagrada de mi juventud


Ahora nos miramos en las ruinas
de otro tiempo,
         buscando los pedazos,
decrépitos, perdidos prematuros

comprendiendo tarde ya, ya muy tarde,
que siempre es pronto aún
para la gloria.


© Cristóbal Terrer Mota: http://www.atravesdemiespejo.com

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