domingo, 17 de mayo de 2020

El lago




En qué lugar me habrías esperado.
Cómo habría sido aquello.

Por qué callejas nos hubiéramos perdido,
uniéndonos en silencio al caminar.

En los faroles de ese sueño
duermen los demonios que encienden la fe,
y murmuran ancianas en los postigos
que todo será cumplido, “algún día”.

(Luego fuimos a mirarnos mucho tiempo
en los balcones de la luna,
y tu bahía lo anegó todo)


[abril]

domingo, 26 de abril de 2020

El bosque y el castillo (canción)


Qué es lo que acaba.
Qué es lo que empieza.
Quién es que te acaba;
quién es que me empieza


               Quién es el que cava,
                 quién es el que reza;
                  por la muerte que acaba,
                   por la muerte que empieza


La aurora que acaba, 
qué es lo que empieza;
la luna que cava,
qué es lo que reza


Quién es el que acaba;
    quién es el que empieza.
            Tu diosa se apaga;
               mi llama se quiebra


                                                                                                              Qué aurora te cava;
                                                                                                           qué luna te reza.
                                                                                                       Tu diosa se apaga;
                                                                                                    mi llama comienza


De 'Dixit'

[C. A., diciembre '19]

martes, 3 de marzo de 2020

-Marzo-




Marzo no supo nunca a qué jugar
allí solo, en la plaza tan vacía.
No vino nadie: acaba de llegar.
Y no llegará nadie todavía

¿Pero quién, quién habría de llegar?
Llegó solo: llegó cuando debía.
Pero sabe que no hay con quién jugar.
(No puede llorar: él ya lo sabía)

Regresó, sin embargo; a pesar
de conocer tan bien la profecía
de la plaza del Tiempo y su girar

Descuido del invierno, lumbre fría
de abril: quién sabe quién puede llegar

Piensa: quién sabe si hoy será Tu día


[de Sonetos del Sol; '19]

miércoles, 2 de octubre de 2019

La flor y la señal


Eres una ciudad
o una época

Eres la luz de cada tarde
y el crepitar del sol en el papel
con el árbol anciano
que se mece en la siesta. Eres la fuente de la siesta
que no visita nadie, sólo el nómada,
y el nómada que busca tu camino.
Eres la llave y el recuerdo,
el cáliz roto y la promesa.
Eres la vela y su costumbre
de confidencia íntima en la noche.

Eres un eco o un vislumbre
en el rito cegado del vivir

la bandada de niños
perdiéndose al crepúsculo,
el llanto del destierro
del árabe vencido,
la alucinación argentina en la tronera
y la visión de la Península
y la lumbre,
y el adiós

Perfume de mujer allá en el monte
y sábana tendida de arrabal;
el sol de mayo y el mercado,
el grito, el fragor, la voz del Sur

La flor en el pelo y la fiesta,
el espíritu verde y la señal.
La novia que espera en la calle
y la campana enorme al mediodía.


[A., VI '15]



domingo, 28 de julio de 2019

*



Puedo ofrecerte una lágrima: esta lágrima. No es mucho, pero si quieres puedes ponértela, usarla como pendiente o bestia de cristal, y cantarle en el crepúsculo hasta que duerma. 

Puedo darte mis harapos, los jirones de luz y sombra que me quedan; no podrás vestirlos, pero sí prenderlos en la hoguera: quizás su fuego azul invoque a alguien en el bosque. 

Puedo ofrecerte mi sombra, más cansada ya de mí, no de esta vida; y mi tristeza, que aún ríe cuando llora. 

Puedo ofrecerte las brasas hambrientas, no vencidas, de mi corazón a pie. 

Puedo ofrecerte mi fe: la que a pesar de tanto como ya perdió, 
aún va a tientas, en la penumbra del pasillo,
como un niño ciego,
anhelándote 


[R. M. Ashram, Tirv., India; 31/VII/'18]

domingo, 30 de junio de 2019

De tu mano


De tu mano: volviendo ahora al camino
de las migas de pan que yo perdí,
que no olvidé jamás; que no comí
nunca por recordar siempre el camino

del hambre que llevaba siempre a ti.
De tu mano regreso ahora al camino
y entiendo que el recuerdo es el destino,
que el futuro también regresa a ti.

Sé que el Tiempo es un surco de adivino
que traza en su espiral lo que viví,
partiendo desde el centro del destino.

De tu mano, una voz oigo decir:
“Recordad el camino, el camino.
Recordad el camino por venir”.