jueves, 17 de abril de 2008

La soledad, la lluvia, los caminos



Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París, y no me corro,
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.


Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.


César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro


también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...


(Ayer morirá otra vez -y van setenta-, César, Cesitar Vallejo: semejante mendigo. "¡A España, quiero ir a España!", dicen que murmuraba ya al final, mientras España, ay, también seguía muriendo. Pero no es cierto y tú lo sabes, César Vallejo. Mendigo semejante. Semejante niño. Hoy que también es jueves, y llueve.)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro, claro, de ahí lo de "París con aguacero" de "contigo". Vale, vale, esto se podía avisar, socio. Que siempre estás igual, llueve sobre mojado, piedra negra sobre piedra blanca, nosequé...

Cordial Saludo.

Anónimo dijo...

qué bueno

Anónimo dijo...

Y ahí está, eternamente, sonriendo de sus labios:

¡La tumba es todavía
un sexo de mujer que atrae al hombre!

Para todos un dieciseis de abril así, un jueves y un chaparrón. :D

Anónimo dijo...

No olvides nunca esa frase que llevas en tu inteior "El viejo Pibody tenía la absurda idea de plantar pinos"....Tu amigo kuasal