Eres una ciudad
o una época
Eres la luz de cada tarde
y el crepitar del sol en el papel
con el árbol anciano
que se mece en la siesta.
Eres la fuente de la siesta
que no visita nadie, sólo el nómada,
y el nómada que busca tu camino.
Eres la llave y el recuerdo,
el cáliz roto y la promesa.
Eres la vela y su costumbre
de confidencia íntima en la noche.
Eres un eco o un vislumbre
en el rito cegado del vivir
la bandada de niños
perdiéndose al crepúsculo,
el llanto del destierro
del árabe vencido,
la alucinación argentina en la tronera
y la visión de la Península
y la lumbre,
y el adiós
Perfume de mujer allá en el monte
y sábana tendida de arrabal;
el sol de mayo y el mercado,
el grito, el fragor, la voz del Sur
La flor en el pelo y la fiesta,
el espíritu verde y la señal.
La novia que espera en la calle
y la campana enorme al mediodía.
[A., VI '15]