domingo, 31 de diciembre de 2006

Pasatiempo



Hay tardes
tan hermosas

Hay tardes tan hermosas que no se echa de menos nada apenas nada
Tardes en que entra el sol en el metro,
se huele a hoguera en la avenida,
respiran los acordes quince años

Son tardes extrañas tardes viejas tardes furtivas cómo decirlo
tardes como de algo oculto en el monte como de violín entristado
revelando no sé qué, no sé dónde

son tardes como de mirarlas por la ventana todo de oro,
como de sábado por la tarde en el balcón de la bisabuela mientras
ríen, hablan todos, allá dentro
-ya no mira ella; ya yo solo-
tardes tan hermosas por lo hermoso que pudo ser que es

todo en esta tarde en que se tienta
-corazón en cueros-
la emoción


Son extrañas dulcísimas mías, mías para mí estas tardes en que
cabe guiñar un desengaño a cualquier niño
o recordar a alguna anciana que yo también la quise, hace siglos
tardes ámbar u ocres o azulísimas en que urge ir silbando por la calle
y escuchando esta canción,
la piel de gallina la sonrisa a medias la lágrima a punto,
a punto de tarde de esta tarde

de una tarde dulcísima extraña viejísima en que
no hace falta imaginar
el otoño delirando por la Vega
padre y madre con café
pablito volando solo él solo

tarde bendita, tranquila tarde en que no es preciso recordar siquiera
un sauce de instituto un naranjo de colegio una plaza tres hermosas
dos amigos

tarde madre, tarde abuela, tarde novia que parece bordar
pavesas rubias de adioses mientras se demora mi regreso

tardes tan de miel y tan de azul que se abre un tragaluz
en los bolsillos


Hay tardes,
como ésta,
tan hermosas

que hasta es dichoso ir recordando ausentes por la calle,
vislumbrar emocionado allí a lo lejos
a todas las mujeres que me dieron cobijo

y recibir una limosna en la mirada
el mendigo aquel que se parece a mí


tardes –lo juro- tan hermosas
que rindo oscura pleitesía a mis fantasmas
y me dejo llevar tranquilo de la mano
de la niña verde del dolor 



Hay tardes
-perdón por la tristeza-
hay tardes
tan hermosas

que no se puede no se debe no se debería

echar de menos nada apenas
nada,


           nada…


M., 25/X/06

7 comentarios:

  1. No sé cómo llegué aquí... y si me decidí a postear fue sólo porque en tus intereses aparecen las "mujeres malas". Me hiciste pensar en el último libro de Vargas Llosa, "Travesuras de la Niña Mala". ¿Tú eres tan bueno como el protagonista? Porque parece que a los buenos les gusta(mos) las malas.

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  2. Jejeje (risilla diabólica). Me temo que no soy yo el que debería responder a esa pregunta, aunque intuyo lo que te responderían otr@s que yo me sé...

    No he leído lo último del señor Vargas Llosa, pero te diré que lo mío con las mujeres malas no es devoción sino afición. Y cada vez menos (estoy ya mayor, hija:)

    P.S: Viva Chile, carajo! Y vivan Allende, Neruda y las mujeres malas que me postean! (se ve que a las "buenas" les da corte, o pasan del tema jej. Y de los tíos ya pa qué hablar...)

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  3. lo prometido es deuda, me e dado una vuelta por tu blog y sigues tan triste como cabron, no cambies, seguiremos en contacto aunque sea a traves de una mirada la luna, te quiere, un hermano

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  4. Oye qué buena la canción que has colgado, qué integrada en el texto, qué tardes tan tristemente hermosas, que pocas comas (¿es aposta?), qué gusto leerte...

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  5. :)

    Sí que es a posta. Aunque la verdá que no sé, no recuerdo, dios sabe, de quién lo aprendí.

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  6. ¿Es una canción, no?


    Cuando la leí por primera vez, hace varios años, escribí una queja de réplica:


    Publicado: Mar Feb 08, 2005 4:05 pm Asunto: HAY TARDES SOPORÍFERAS.

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    Hay tardes soporíferas,
    impolutas,
    arteras, negociadas,
    hijas de puta,
    hay tardes mortíferas,
    anestesiadas
    con cicuta
    en las almohadas.
    Hay tarde de domingo
    de corridas,
    de caballos en San Isidro,
    de partidas,
    de tardes que son noches,
    de libro,
    de mentiras,
    de mentores,
    del himeneo
    de menganas
    Y zutanas con sotana.

    Ya, como es tuyo,
    todo lo que tengo,
    sabés amor, te intuyo,
    te sostengo,
    te muerdo,
    te destruyo,
    te rehago y rehogo,
    te recuerdo,
    me abstengo,
    me ahogo, ahíta de besos,
    en cafés con expresos
    manteles morados,
    floreros con viola
    y violetas,
    y sola
    en tu bicicleta para dos,
    pensando en el dolor
    que evoca tu voz,
    sintiendo que estará
    el mundo, cerca,
    girando cuando
    esté muerta.

    Porque, ay duele
    y soy terca
    como una mula,
    que funambula,
    tu funambulancia
    sin robarte la elegancia,
    de arpista
    y de fariseo,
    o farsante
    de Aristeo,
    torero en los rodeos,
    en vueltas
    de comandantes,
    envueltos
    en los estantes
    del aroma de los celos;
    Orfeo y camafeo
    de los duelos,
    dolorosos
    de dólares en aumento,
    del cantar de los cantares,
    de los bellos manzanares,
    de los monjes del convento.
    ---















    Hoy podría reescribirlo con mejor técnica, seguramente diría lo mismo.



    Lu

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  7. Por la fecha podrás ver que aparece la expresión "hijn de puta", bastante antes que en el "Ay, Rocío" de JS.

    Ayer leí que según Eco (lo sabía pero lo había olvidado) la raíz de rosacruz viene de Rocío y no de Rosa.

    Sin vingagre (que es el defensor del pueblo de Avellaneda, y a quien le gustan los toros).

    Lu

    Ir a los toros: sodomía.
    Si te fijás bien, te darás cuenta de que ambos parámetros guardan relación simbólica.

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