jueves, 18 de febrero de 2016

El furioso llanto de Chavela Vargas




Hay que romperse para resucitar. Hay que llorar riendo. Hay que arrodillarse para no caer.

(¿Pero por qué llorabas tú, Chavela Vargas? ¿Por qué romperte tanto? Arrodillarte tanto erguida: ¿para qué, para quién? Ni sé para quién es esta amargura, pensó una vez César Vallejo: otro majestuoso mendigo; otra llaga, como tú.)

Se puede vivir en carne viva y no morir. Se puede. Se puede y se debe: aquí el ejemplo en llamas. Esta mujer que más que una mujer se diría un tótem; un ídolo antiquísimo hecho mujer y furia y lágrima. Se puede ir por ahí en carne viva, con un puñal en una mano y en la otra el corazón, chorreando, delante de un micrófono como un altar, sobre las tablas calientes del acantilado. Se puede. Y, si uno es un artista, sobre todo si se pretende artista, radicalmente debe.

¿Quién era, quién es esta mujer?

[nueva entrega de Gentes de mal vivir, en CTXT]

domingo, 7 de febrero de 2016

Cuchillos




Y los cuchillos bajo la almohada. Y los potros furiosos del alcohol. Y el perfume de traición de cada noche, el ataque furtivo
como un asalto como una razzia
como un golpe de estado sangriento en el castillo helado del corazón
(…como un caballo de Troya en el pecho; como el pájaro azul enjaulado en el pecho, destruyendo ejércitos de sombra en la gran garganta oscura, sobre el corcel maligno del alcohol)

Y el robo de traición de cada noche, el ladrón de niebla de la noche, la emboscada perversa, y el (t)error

Y el antifaz y el delirio y los espejos. Y el miedo y la máscara y la sed. Y fumar con tu sombra en el balcón
mientras esperáis a la muerte,
la anfitriona

(Por la senda oscura y pálida) y la emboscada infame al despertar

Y los potros furiosos del alcohol


Y los cuchillos violentos en la almohada. 



jueves, 4 de febrero de 2016

Giacomo Casanova: la máscara y el enamorado




Persona, en latín, significa máscara. Persona, entonces, es lo que llevamos puesto usted y yo mientras dura este baile, este carnaval de luz y crueldad, esta furiosa contradanza del mundo. 

¿Cuál es, entonces, el verdadero rostro de alguien; qué cara se esconde tras la más-cara? ¿Quién sabe lo que ve, lo que pude ver realmente, al mirarse en un espejo, tanteando por entre la penumbra alguna luz de Verdad emergiendo de los ojos? ¿Qué puede uno saber realmente de uno mismo? ¿…Qué carajo podemos saber, entonces, de lo que se esconde tras la máscara del otro, de aquel oculto tras la máscara (siempre distinta y siempre la única, como intuyó Borges) del deslumbramiento y el misterio y la ceremonia amorosa…? Algunas criaturas se dejan la vida tratando de responder a esta oscura pregunta (única y múltiple) llena de espejos, de máscaras, de lámparas y de sombras esfumándose por todos los balcones de la noche. Todas bendecidas, desde donde quiera que esté, por la mano inmortal y enguantada del delincuente magnífico Giacomo Girolamo Casanova... [Sigue leyendo en CTXT -inaugurando sección: Gentes de mal vivir]